07 de agosto del 2016
En este ambiente de fraternidad, rodeados de tranquilidad y verdor, hemos encontrado las condiciones propicias para el desarrollo de este II Módulo, favoreciendo así un trabajo intensivo, así como el encuentro humano.
Evocando la “magia del inicio” del I Módulo de febrero, en esta nueva oportunidad hemos experimentado que ahora nos toca crear esta magia desde cada uno y en conjunto, a través de un trabajo arduo y constante. Inspirados nuevamente por Hermann Hesse: “Exigimos que la vida tenga un sentido, pero precisamente sólo tiene tanto sentido, como nosotros mismos seamos capaces de dárselo”, apela a aquella autonomía, a la cual esta formación aspira.
Los ejercicios sobre la “cualidad de la noche”, las reflexiones personales en relación al modelado, el dibujo de formas, la euritmia y el tema de la trimembración se entretejieron orgánicamente, formando una unidad y manteniendo “la cualidad del germen” en continuo devenir hacia el futuro. Esta cualidad también la vivenciamos en nuestro proceso formativo mutuo, aprendiendo uno del otro.
Un elemento particular en el grupo de participantes y docentes es el encuentro entre países, con el potencial de integrar lo universal de la pedagogía Waldorf con la riqueza propia de cada cultura. Esto se manifestó con calidad, humor y liviandad durante diversos momentos de la semana.
Agradecemos a cada uno de los participantes y docentes por su aporte a la construcción de una formación, que fomente, por su método específico, la autonomía y la creatividad en el quehacer pedagógico.
Nos despedimos cordialmente
El Grupo de formación
Giovanna Huarcaya, Rocío García, David Cruz, Bettina Vielmetter, Rosa Tasayco,
Yván Villegas, Maike Kergel, Luciano Huamán
